30 ENERO 2021
EXÁMINAME.
Lectura bíblica: Salmo 139 (Salmo de David)
En este día te animo a leer este Salmo despacio, meditando en él, reconociendo a Dios en toda su sabiduría, amor y cuidado para con cada uno de nosotros. Haz tuyas estas palabras de David y vive la presencia de Dios.
Oh Jehovah, tú me has examinado y conocido.
Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto;
desde lejos entiendes mi pensamiento.
Mi caminar y mi acostarme has considerado;
todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua,
y tú, oh Jehovah, ya la sabes toda.
Detrás y delante me rodeas
y sobre mí pones tu mano.
Tal conocimiento me es maravilloso;
tan alto que no lo puedo alcanzar.
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
Si subo a los cielos, allí estás tú;
si en el Seol hago mi cama, allí tú estás.
Si tomo las alas del alba
y habito en el extremo del mar,
aun allí me guiará tu mano,
y me asirá tu diestra.
Si digo: «Ciertamente, las tinieblas me encubrirán,
y se hará noche la luz que me rodea»,
aun las tinieblas no encubren de ti,
y la noche resplandece como el día.
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
Porque tú formaste mis entrañas;
me entretejiste en el vientre de mi madre.
Te doy gracias, porque has hecho maravillas.
Maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien.
No fueron encubiertos de ti mis huesos,
a pesar de que fui hecho en lo oculto
y entretejido en lo profundo de la tierra.
Tus ojos vieron mi embrión,
y en tu libro estaba escrito todo aquello
que a su tiempo fue formado,
sin faltar nada de ello.
¡Cuán preciosos me son, oh, Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos!
Si los enumerara, serían más que la arena.
Despierto, y aún estoy contigo.
¡Oh, Dios, si dieras muerte al impío,
de modo que los sanguinarios se apartaran de mí!
Porque contra ti urden planes;
se rebelan en vano contra ti.
¿Acaso no aborrezco, oh Jehovah, a los que te aborrecen
y contiendo contra los que se levantan contra ti?
Los aborrezco por completo;
los tengo por enemigos.
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos.
Ve si hay en mí camino de perversidad
y guíame por el camino eterno.