20 de Marzo 2021
Renovarse o morir.
Lectura bíblica: Colosenses 3.1-17
“Pues cada árbol por su fruto se conoce. Porque los hombres no recogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de una zarza.” (Lucas 6:44)
Para terminar esta semana en la cual hemos estado reflexionando sobre la espiritualidad, queremos compartir con vosotros un devocional de C.S. Lewis. Te animo a leer, meditar, buscar lo que Dios quiere comunicarte y responder aplicando lo aprendido de manera concreta en tu vida. No pierdas esta oportunidad de seguir caminando en tu crecimiento espiritual.
La cosa casi imposible
“Lo terrible, lo casi inconcebible, es entregarle a Cristo todo nuestro ser, todos nuestros deseos y cuidados. Pero esto es mucho más fácil de lo que en su lugar estamos tratando de hacer. Porque lo que estamos tratando de hacer es permanecer siendo lo que llamamos “nosotros mismos”; conservar la felicidad como nuestra meta mayor en la vida, y al mismo tiempo ser “buenos”. Estamos tratando de que nuestra mente y nuestro corazón sigan su propio camino; centrados en el dinero, en el placer o en la ambición y esperando, a pesar de ello, comportarnos honrada, casta y humildemente. Y esto es justamente lo que Cristo nos advierte que no podemos hacer. Como él lo dijo: no se cosechan higos de los espinos. Si sólo somos un campo cubierto de maleza, no podemos producir trigo. Si lo que queremos es producir trigo hemos de ir más allá de la superficie. El campo se ha de arar y volver a sembrar.
Escuchando esa otra voz
Por ello el verdadero problema de la vida cristiana se presenta donde la gente por lo general no lo espera. Viene en el momento mismo cuando nos despertamos por la mañana. Todos nuestros deseos y nuestras esperanzas para el día caen sobre nosotros como animales salvajes. Y el primer trabajo de cada mañana consiste simplemente en hacerlos retroceder; en poner atención a esa voz y tomar otro punto de vista, permitiendo que fluya otra vida más prolongada, más fuerte y más tranquila. Y esto es así durante todo el día: permanecer firmes en contra de todas nuestras confusiones y temores naturales, escapar del huracán.
Al principio sólo podemos hacer esto por momentos. Pero de tales ocasiones la nueva vida se esparcirá a través de nuestro sistema, porque le estaremos permitiendo a él que actúe en la parte donde nosotros sabemos que debe actuar. Esta es la diferencia que existe entre una pintura, que apenas se pone en la superficie, y la tintura, que penetra todo el tejido. Él nunca habló de forma vaga e idealista. Cuando dijo: “sed perfectos” eso fue lo que quiso decir: que había que someterse al tratamiento completo. Esto es difícil, pero el tipo de acomodo que siempre estamos buscando es aun más difícil; y en verdad hasta imposible. Para un huevo puede que sea difícil convertirse en pájaro, pero sería mucho más difícil aprender a volar siendo un huevo. Ahora somos como huevos. Pero no podemos permanecer siendo huevos decentes y ordinarios en forma indefinida. O salimos del cascarón o nos pudrimos.”
(C.S. Lewis. Devocionales Clásicos, pp. 15-16)