INVITACIÓN A AMAR: DIA 8 – El Temor

EL TEMOR

«En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos también nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor» (1 Juan 4:17-18).

Los seres humanos están llenos de temor.

Estuve buscando un poco en Google y encontré más de quinientos tipos de fobias. No estoy seguro si todas son respaldadas médicamente como fobias oficiales, pero el punto sigue siendo el mismo: los seres humanos están llenos de temor.

En estos versos, Juan nos está animando a no temer, específicamente a la muerte y al juicio. Todos tenemos una fecha de vencimiento, y cuando muramos, enfrentaremos a un Dios santo. La humanidad está marchando hacia el juicio.

A la mayoría de los cristianos con los que tengo contacto se les enseñó a creer con la seguridad teológica de que «no hay condenación para los que están en Cristo Jesús» (Ro 8:1). Para el cristiano, no hay razón para temer a la muerte.

Una vez escuché a un hombre piadoso decir: «no le temo a la muerte; le temo al proceso de morir: cuánto irá a doler, cuánto tiempo durará y el efecto que tendrá en mis seres amados, pero no le temo a la muerte». Sin duda, la muerte no es placentera, pero para quienes están en Cristo, no existe razón para temer.

Dicho esto, encuentro una contradicción en nuestra teología. Decimos que no tenemos temor al juicio, y celebramos la obra consumada de Cristo en la cruz, pero muchos cristianos aún están aterrorizados con su pecado. Ellos saben que fallan en dar la talla con el santo estándar de Dios, pero en lugar de descansar en la obra expiatoria de Cristo, intentan justificar su fracaso y fingir justicia para sí mismos y para los demás. 

Esto es simplemente mala teología. Piensa en ello: en el tiempo en que Jesús fue a la cruz, aún no habías nacido, lo que significa que el 100 % de tus pecados eran pecados futuros. Jesucristo, conociendo completamente tus futuros fracasos, fue a la cruz y tomó tu castigo a pesar de ellos.

¡Dios nunca responderá a ti escandalizado o disgustado porque Él sabía de antemano por lo que Él estaba muriendo! Uno de los mensajes más confortantes en toda la Biblia es que, en todo tu pecado, debilidad y fracaso, no tienes que esconderte de Dios.

Si hay algo que hace la Biblia es que te da la bienvenida fuera de tu autoimpuesta prisión de temor y vergüenza. La Biblia te da la bienvenida para que salgas de la oscuridad a la luz, para enfrentar la realidad honestamente y con esperanza. Si el amor de Dios cubrió tus pecados futuros y expulsa el temor del castigo eterno, el mismo amor debe expulsar el temor al fracaso presente.

El amor de Dios te da la bienvenida para ser conocido aquí y ahora. El amor de Dios cubre tu debilidad: «“Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí» (2Co 12:9-10).

ORA INTENCIONALMENTE

Salvador misericordioso, fuiste a la cruz en mi lugar, cargando mi castigo en amor para que así ya no tema más a la muerte eterna. Por ese mismo amor, no tengo que temer a ser conocido hoy. Pero confieso que aún me pongo una máscara de justicia, escondiendo mis pecados y debilidades frente a otros. ¿Me confortarías nuevamente con el conocimiento de que puedo ser totalmente conocido y sin ningún temor? Amén.

APLICA PRÁCTICAMENTE

  1. ¿Por qué podrías dudar en revelar tu fracaso moral a otros?
  2. ¿Cómo puedes ser mejor conocido en la comunidad de la fe?

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