HACIA LA PLENITUD DEL ESPÍRITU XXXI

DOMINGO DE PENTECOSTÉS

DEVOCIONAL ÚLTIMO DEL CICLO HACIA LA UNIDAD DEL ESPÍRITU”

TEXTO: HECHOS 3

SUBAMOS JUNTOS

Hoy terminamos este ciclo de devocionales rememorando y celebrando el día de Pentecostés que marcó un antes y un después en la vida de aquella iglesia naciente. En los capítulos anteriores Lucas describe está experiencia comunitaria que tuvieron los ciento veinte. En este pasaje que corresponde hoy observamos algunas de las manifestaciones sencillas pero profundas y muy necesarias de la iglesia comprometida con el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo siempre tiene algo que dar. Comienza quebrantando nuestra mente, convenciéndonos de pecado , nos lleva al arrepentimiento y continua obediencia a nuestro Señor produciendo frutos sanos, buenos y verdaderos. Llama la atención el verso 1 que dice que Pedro y Juan subían juntos al templo a orar. La obra de Dios no es individualista es comunitaria. Juntos subieron al templo y esto ya era un milagro que estos dos caracteres tan distintos, estas dos personas opuestas juntas caminaran. No eligieron ellos la unidad fue obra del Espíritu y como consecuencia vienen otros frutos a partir de ahora. Si no hay unidad en el Espíritu hacemos nuestra obra. ¿Eres capaz de unirte a tu hermana/o diferente a ti para hacer la obra de Dios o huyes de los que tienes prejuicios?.

Y viene otro milagro, porque caminaban al mismo ritmo espiritual. Cuando el cojo les vio supo que ellos tenían algo especial”. El ruego del enfermo y la pobreza de los apóstoles puesta frente a frente despierta en el corazón de ellos la idea del milagro o bien son para el cojo una señal divina. Fíjate que Pedro le dice: MÍRANOS. No le dice mírame . Otra consecuencia del fruto del Espíritu que no se centra en una persona sino en los dos. Continúa Pedro diciendo verás que somos pobres, pero tenemos empatía contigo y voluntad para ayudarte con nuestra fe invencible y triunfadora y nuestra voluntad inalterable. La plata y el oro no lo son todo y no lo pueden todo.” ( Ecle 10:19, Prov 18:11, Sal 49:6,7).

Lo que tengo te doy”. Una consecuencia más del Espíritu. Lo que tengo, ¿me lo guardo por si acaso?. No, lo que tengo lo recibí para compartir con otros, aunque haya costado sangre, sudor y lágrimas. El que está sellado por el Espíritu Santo siempre tiene algo que dar. ¿Qué estas dando?. Tienes mucho que ofrecer aunque no tengas cuenta corriente, casa propia y te sientas pequeña/o. El tesoro más grande es el nombre de Jesucristo. ( 16:4,10-12, Fil 2:9, Col 3:17). De este modo Jesús el Señor está realmente viviente y presente, obrando por su Espíritu. Este es un milagro múltiple : Unidad de los discçipulos, fe de Pedro y Juan y la sanidad de aquel cojo. Es la prueba de que Dios había realmente resucitado al crucificado, como Pedro está por afirmar en los versículos siguientes.

Otra obra sobrenatural más se produce por el Espíritu en los vv, 12-26. Pedro desviando la atención de su persona y de Juan, enfoca las miradas de la gente hacia Jesús y les anuncia el evangelio. No enfoca sobre la iglesia naciente y sus personas, sino hacia Dios Eterno. El Espíritu Santo quiere que llevemos a las personas hacia Él, quien tiene el poder. No lo tenemos nosotros, sino somos humildes discípulos que no nos predicamos a nosotros mismos ni el mensaje de una organización, sino el evangelio salvador. ¿Estas ungido por el Espíritu enfocando a las personas hacia el Eterno?, ¿A cuantos les hablas sin miedo diciéndoles, míranos para que miren a Jesús?.

La última parte del capítulo habla sobre la esperanza que tenemos, culminando con el vv, 26 que es el resumen admirable del Evangelio, indicando el porqué de la venida de Cristo y el modo de la bendición y salvación (Tito 2:11-14). No hay mayor bendición que ser apartado del pecado; NI HAY BENDICIÓN hasta que el Espíritu Santo nos quebrante y nos perfeccione hasta el día de Jesucristo (Fil 1:6). Déjate llenar, moldear, cambiar, salvar por el Espíritu. Feliz día de Pentecostés.

Jorge Juan Pastor-Mut.