HACIA LA PLENITUD DEL ESPÍRITU XVII

UN MONTE Y UN PEZ

Leer capítulo 17 de Mateo

Hace 6 días, Pedro declaró que Jesús era el Mesías. En este capítulo, vemos que Jesús llevó aparte a Pedro, Jacobo y Juan y los cuatro subieron a un monte alto. De repente, apareció la gloria del Señor sobre Jesús, y llegaron Moisés y Elías para hablar los tres juntos. ¿Puedes imaginarlo? Y Pedro, con su carácter impetuoso, dijo que sería bueno montar 3 cabañas para ellos. La nube de luz los cubrió, y la voz confirmó lo que Pedro dijo antes, que Jesús de verdad era el Mesías, el Hijo amado de Dios. Al oír esto, Pedro y sus compañeros no hicieron más planes de construcción, sino que cayeron al suelo paralizados de temor.

¿Qué podemos observar en la transfiguración?

1.- Jesús no invitó a todos sus discípulos al monte. Lo que quería compartir era especial y únicamente para los tres. 

2.- Dios quería que ellos no hicieran sus propios planes, sino que vieran su gloria para hacer la voluntad de Jehová. Las mentes de los discípulos estuvieron fijas en la idea de que Jesús será su Rey en la tierra. Jesús seguía hablando de su muerte, pero ellos no podían entenderlo.

 3.- En el futuro, esta experiencia sería la que entenderían como un momento de elucidación “flash” y comprenderían que la misión de Jesús en la tierra era muchísimo más grande de lo que ellos pudieran pensar o imaginar. Su punto de vista fue cambiado para siempre.

Descendieron del monte, y Jesús les mando que no lo dijeran a nadie, hasta que resucitase. Entonces llegaron a Capernaum, y los recaudadores de impuestos estaban esperándolos. ¡Que vuelta brusca a la normalidad! Y Jesús preguntó a Pedro. Pero para pagarlo, Jesús proveyó en una manera milagrosa, cuando Pedro descubrió en la boca del primer pez que sacó. Vemos aquí que:

1.- No podemos quedarnos por siempre en el monte, la vida cotidiana es donde vivimos por ahora.

2.- Debemos respetar las autoridades y cumplir las normas.

3.- Jesús se interesa en todos los detalles de nuestras vidas humanas, y va a proveer para nuestras necesidades, incluso en maneras sorprendentes y milagrosas.

 

Preguntas de reflexión:

1.- ¿Has experimentado un encuentro con la gloria del Señor? (Tal vez en el día de tu conversión, tu bautismo, o en un retiro)

2.- Si la repuesta es ¡Sí, recuérdalo bien! Entonces ¿este encuentro tiene importancia e influye en tu vida normal? O, es ¿solo un recuerdo precioso del pasado?

3.- En esta época de cuarentena, ¿has pedido al Señor qué quiere mostrarte? Él está esperándote.

4.- ¿Has dado gracias al Señor por todo que nos ha dado? Aprovecha el tiempo para alabarle por su fidelidad en tu vida. ¡Nada nos faltará!

Bonnie Cook.