JUAN – Día 20
Los judíos rechazan a Jesús
22 Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno,
23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
24 Lo rodearon los judíos y le dijeron: –¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
25 Jesús les respondió: –Os lo he dicho, y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27 Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen;
28 yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre, que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30 El Padre y yo uno somos.
31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearlo.
32 Jesús les respondió: –Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?
33 Le respondieron los judíos, diciendo: –Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
34 Jesús les respondió: –¿No está escrito en vuestra Ley: «Yo dije, dioses sois»?
35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: «Tú blasfemas», porque dije: «Hijo de Dios soy»?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
38 Pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí y yo en el Padre.
39 Intentaron otra vez prenderlo, pero él se escapó de sus manos.
40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí.
41 Muchos acudían a él, y decían: –Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad.
42 Y muchos creyeron en él allí.