28 de abril 2021.
Sometido a las autoridades.
Lectura bíblica: Romanos 13. 1-7
“Porque ésta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos. Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad, sino que viven como siervos de Dios.” (1ª Pedro 2. 15-16)
Seguimos caminando en esta semana en el desarrollo de la disciplina espiritual del sometimiento. Como hemos dicho en anteriores devocionales, esta disciplina nos genera en muchas ocasiones mucha tensión, ya que va en contra de nuestra tendencia a sentirnos los dueños y señores de nuestra vida, decisiones y futuro. Va en contra de nuestro mayor pecado, el ser nuestros propios dioses.
En este día todavía le vamos a poner más sal a la herida que nos genera la sumisión, ya que hoy vamos a tratar la afirmación de la Palabra que dice: “Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido.” (Romanos 13.1-2). Muchos de nosotros, y sobre todo aquellos que hemos vivido en países donde los gobernantes son dictadores, hemos sufrido o conocemos lo terrible que pueden ser vivir bajo el dominio de ciertas autoridades.
Aun así, la afirmación de Dios es clara “Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana” (1ª Pedro 2.13). La pregunta es ¿por qué causa del Señor nos tenemos que someter a la autoridad humana? Realmente, y lo digo en primera persona, muchas veces nos rebelamos contra afirmaciones de la Biblia como estas, ya que nos obligan a replantearnos quien es la autoridad principal en nuestra vida, ya que al menos en mi caso, me cuesta muchísimo pensar en dejar en manos de otros, y muchas veces de gente sin mucho discernimiento, mi libertad y mis decisiones. Pero en este caso, la primera decisión que tengo que tomar es ¿quién manda en mi vida? ¿quién marca lo que está bien o mal, quien establece los valores por los cuales voy a vivir y a los cuales me voy a sujetar? “Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad, sino que viven como siervos de Dios” (1ª Pedro 2.16). El Señor establece principios en mi vida que a veces me son complicados seguir o que no entiendo, pero que debo decidir, si a pesar de esto, voy a aceptarlos y obedecerlos en mi vida. Seguramente este es uno de esos mandamientos.
Por otra parte, la Biblia nos habla de la causa por la cual nos debemos someter. Para esto te invito a leer un poco más del texto de Pedro, en el cual nos dice que, por medio de nuestro sometimiento y obediencia y por lo tanto “practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos”, lo que finalmente redundará en la extensión del Reino ya que de esta forma proclamamos “las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1ª Pedro 2.9) y los que “observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación.” (1ª Pedro 2.12).
Evidentemente el sometimiento a las autoridades tiene un límite, no todo vale, y este principio no quiere decir que nosotros aceptemos todo lo que ellas establezcan, sin derecho a oponernos o discrepar, sino todo lo contrario. Si en algo se está violando los derechos de los ciudadanos, estos deben trabajar en todas las esferas, por cambiar aquello que no se establece por el bien público, pero debe hacerse desde el compromiso social y la búsqueda de la justicia. Los cristianos somos llamados a involucrarnos en la lucha por la Justicia Social, ya que es parte de nuestro ministerio en este mundo, pero desde el respeto y el honor a aquellos que nos presiden y dirigen. Por último, es imprescindible mencionar que los discípulos nos indicaron el límite radical para el sometimiento a las autoridades en su contestación al Sanedrín cuando “les ordenaron: —No le digan a nadie lo que ha pasado, y dejen de enseñar a la gente acerca del poder de Jesús. Pero Pedro y Juan les respondieron: —Dígannos, entonces: ¿debemos obedecerlos a ustedes antes que a Dios?” (Hechos 4.18-19)
REFLEXIONEMOS:
¿Es el sometimiento una disciplina que estas intentando implementar en tu vida? ¿Quieres vivir sometido a Dios? ¿Entendemos y aceptamos que Dios nos manda someternos a las autoridades? ¿Estás dispuesto a obedecer a Dios por encima de tus propias ideas y conceptos? ¿Qué decisiones estás tomando para someterte a las autoridades? ¿En qué áreas necesitas trabajar tu vida para hacer una realidad el sometimiento?