22 de abril 2021.
La carrera.
Lectura bíblica: 2º Timoteo 4:7-8; Hechos 20:23-24
”Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” (hebreos 12. 1-2)
Recuerdo cuando estaba de novio, me propuse ir a visitar a Laura en bicicleta, puede parecer un desafío fácil, pero ella vivía a unos 170 Km de mi casa. Para poder hacer este recorrido, comencé a prepararme, a entrenar y a disciplinarme. Todos los días montaba en bicicleta y hacia recorridos con lluvia, frio, sol o calor, me caí varias veces, pinchaba la rueda, me robaron la bicicleta, pero yo tenía algo claro, quería ir a casa de Laura en bicicleta. ¡¡¡y al final llegó ese día!!! Y aunque la carrera no fue fácil, tuve que vencer un montón de obstáculos y dificultades… ¡¡¡¡¡al fin lo logré!!!!!
Prepararse para la carrera a veces no es fácil, pero el Apóstol Pablo nos anima a seguir adelante. Él nos cuenta su propia experiencia en Hechos 20:23-24, en la cual nos relata que, aunque sabía que le esperaban Prisiones y Tribulaciones, quería acabar su Carrera con Gozo para dar testimonio del evangelio de la gracia. Y así lo hizo, porque sabes……. El secreto de llegar a la meta es saber dónde está la meta que persigo.
En una ocasión iba para Guadalajara con mis hijos y unos chicos más para llevarlos a un campamento, y cuando estaba en los alrededores de Madrid, el GPS comenzó a llevarme en círculos y siempre llegaba al mismo punto de partida, sin que pareciese fuese capaz de salir de esta situación. Después de varias vueltas me detuve en una gasolinera y pregunté cómo salir e ir a Guadalajara, me lo indicaron y pudimos llegar sin problemas. Sí, en la carrera, en nuestro camino a veces perdemos el rumbo, pero el Señor nos anima a que busquemos hermanos que amen a Dios y pidamos ayuda.
La Palabra de Dios y muy específicamente el autor de Hebreos, en el capítulo 1:1-2 nos da algunas instrucciones concretas de cómo correr la carrera. Si queremos correr y llegar a buen fin en ella, hagamos caso al consejo de la Biblia:
-
Despojémonos de todo el peso emocional, y de tan altas expectativas que tenemos de nosotros mismos y del pecado que nos acosa y acorrala.
-
Corramos con Paciencia. No todo se consigue en un momento.
-
Puestos los ojos en Jesús. Él es nuestro norte y nuestra meta.
Sembremos en el camino, no solo para lo que vemos y queremos, sino también para que otros puedan seguir nuestro ejemplo y ser motivados. “En esto conocerán que son mis discípulos en que se aman unos a otros” (Juan 13.35) Que la gente que nos rodea pueda decir: … Quiero ser imitador de _______________ (pon tu nombre) porque él lo es de Cristo.
REFLEXIONEMOS:
¿Cómo te estás preparando para la carrera que tienes por delante? ¿Te ejercitas cada día por medio de las disciplinas? ¿Cuentas con Dios para fijar tus metas? ¿Te apoyas en la Palabra para encontrar el plan? ¿Cuentas con tus hermanos en la fe para reenfocarte cuando pierdes el camino? ¿Estamos disciplinándonos para correr la carrera conforme nos indica la Palabra?
Guillermo Dellafiore