EL SERVICIO.

24 de Marzo 2021.

El servicio.

Lectura bíblica: Lucas 14. 7-11

Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”

(Lucas 14.11)

Para servir nuestro corazón debe de estar dispuesto a ello. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, no para los hombres.” Colosenses 3:23

¿Qué es el servicio?

Prestar asistencia a todos aquellos que necesitan ayuda para cubrir sus necesidades de un modo integral.

¿A quién servimos?

Servimos a Cristo y servimos a los demás. Servir a los demás es servir a Cristo.

¿Por qué servimos?

Porque lo necesitamos como cristianos. Es una forma de relacionarnos con Dios.

Muchos pensaran que para tener éxito en la vida deberíamos conocer a muchas personas y que estas nos sirvan a nosotros, pero la clave del éxito no es a quien conozcamos, sino a quien sirves. Dejemos la individualización y el “yoismo”, y enfoquemos nuestra vida en el corazón de un servidor. “Hazte disponible en lugar de visible”

¿Para que servimos?

Para regocijo del Señor y para ayudar al prójimo. La Biblia usa 58 veces frases como “ama a los otros”, “cuida de los otros”, “ora por los otros”, “anima a otros”, etc. Cuando servimos a otras personas recibimos bendiciones, nos volvemos menos egoístas y aumenta nuestra capacidad de amar

¿Dónde servimos?

Podemos empezar a servir en la familia, sirviendo a nuestros padres, a nuestros hijos y nietos. Mas tarde podemos servir a nuestros vecinos y amigos. Podemos servir a la Iglesia. La Iglesia necesita hombres y mujeres que adapten las enseñanzas y ejemplos de Jesús como líderes servidores.

Podemos servir según nuestros talentos y dones, para ayudar y apoyar a los demás en áreas como la alabanza, la enseñanza, con los niños, con los jóvenes, etc.

¿Cómo debemos de servir?

Jesús nos lo dice con su palabra en Lucas 14, 1-7. Nos enseña a través de una parábola, que es como le gustaba enseñar, que la palabra clave en el servicio es “HUMILDAD”. Siéntate en el último lugar y no seas de los primeros de la mesa. Tomemos la decisión de renunciar a honores y privilegios. No nos creamos superiores a los demás por tener carreras y estudios. Esto hoy en día parece una locura, pero Jesús lo hizo por nosotros y también nosotros lo podemos hacer. “Los servidores se humillan para que Dios los exalte”

¿Con que actitud debemos de servir?

Con el corazón abierto a Cristo y con una actitud positiva. Sin duda tendremos oposición, aflicciones, desánimos y rechazos, pero entendamos que Jesús es nuestro modelo y siempre, permanecía positivo, con un comentario alentador, una palabra de ánimo, con esperanza para todos aquellos que estaban a su alrededor.

Debemos ponernos en la mentalidad de Cristo, una mentalidad positiva en todo momento y no juzgar, no criticar o murmurar, porque esto es el cáncer de nuestras iglesias y nos conduce a las angustias, ansiedades y depresiones.

¿Qué herramientas tenemos?

Para servir la herramienta más poderosa es el AMOR. Que nuestro amor para servir no se quede solo en palabras, sino que lo mostremos en todas nuestras acciones (Juan 3:18).

Ejemplos de Líderes servidores en el servicio:

Nuestro principal modelo es Jesús, él sirvió al pobre, al ignorante, al pecador, al rechazado, enseñó el evangelio, alimentó a la gente hambrienta, sanó a los enfermos y levantó a los muertos. Antes de su crucifixión, reunió a los discípulos, tomó una vasija con agua, una toalla y les lavó los pies. (Juan 13: 4-10).

Ahora que estudiamos el libro de Nehemías podemos decir que tuvo una actitud clara para servir. Nehemías tuvo una visión, reconstruir los muros de Jerusalén, no apartó su enfoque de este objetivo y clamó a Dios para que le guiase a conseguirlo. Tuvo aflicción, tuvo oposición, tuvo rechazos y burlas, pero perseveró y se transformó en un líder servidor que consiguió su meta como deseaba el Señor.

Hermanos, como ya nos dice la Palabra (Mateo 20:28), no estamos aquí para ser servidos, sino para servir a los demás y por lo tanto para servir a Cristo. Hermanos. el servicio requiere mangas enrolladas y uñas sucias. Tenemos que dejar de hablar y comenzar a hacer.

Roberto Valero Crespo