29 de mayo 2021
Más que vencedores.
En este día queremos cerrar esta semana de reflexión sobre la sencillez, compartiendo parte de la enseñanza sobre esta disciplina espiritual que Richard J. Foster transmite en su libro “Celebración de la Disciplina”. Confiamos que sea de inspiración y un buen colofón a esta semana de devocionales, y que podamos con este autor cantar el himno que nos propone.
“Cuando tenemos realmente sencillez interior, toda nuestra apariencia es más franca, más natural. Esta verdadera sencillez… hace que estemos conscientes de cierta imparcialidad, cierta apacibilidad, cierta inocencia, cierto alborozo y cierta serenidad, lo cual es encantador cuando lo vemos de cerca y continuamente, con ojos puros. ¡Oh, cuan amable es la sencillez! ¿Quién me la dará? Yo abandono todo por ella. Es la perla del evangelio.
François Fénelón
La sencillez es libertad. La doblez es esclavitud. La sencillez nos trae gozo y equilibrio. La doblez nos trae afán y temor. El predicador del Eclesiastés observó: “Dios hizo sencillo al hombre, pero él se complicó con muchas razones” (Eclesiastés 7:29, Biblia de Jerusalén). Por el hecho de que muchos estamos experimentando la libertad que Dios da por medio de la sencillez, cantamos de nuevo un antiguo himno:
Es un don ser sencillos,
es un don estar libres;
es un don descender adonde debemos estar.
Y cuando nos contemplemos del modo correcto
viviremos en el valle del amor y del deleite.
Cuando logremos la verdadera sencillez,
no nos avergonzaremos de vivir ni de amar;
volver y volver será nuestro deleite,
hasta que volviendo y volviendo
demos bien la vuelta.”
(Celebración de la Disciplina. Hacia una vida espiritual más profunda. Pág. 93)