LA OBEDIENCIA EN LA INCERTIDUMBRE
Mateo 1.24
“Cuando José despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado, y tomó a María por esposa.” (Mateo 1:24 – DHHE)
Cuando leemos este versículo por primera vez es posible que no le prestemos mucha atención. Pero cuando pensamos en el contexto y nos ponemos en el lugar de José, notamos que es un versículo que nos enseña mucho. José, habiendo descubierto que su novia está embarazada y sabiendo que él no es el padre, fue visitado por el Señor en un sueño y le dice que tome a María como su esposa. Le dijeron que su embarazo fue obra del Espíritu Santo. Cuando José se despierta, obedece a lo que se le dijo en su sueño.
Hay mucho que la Biblia no nos dice sobre esta historia. ¿Qué sintió José cuando se despertó? ¿Se preguntó si esto era real? ¿Se preocupaba lo que la gente pensaría y diría sobre María y él, ya que ella estaba embarazada antes de casarse? ¿Cómo se sintió al ser responsable de criar al Mesías, el prometido, el que el pueblo de Israel había estado esperando y orando por años; cientos de años?
No tenía ni idea de lo que vendría en los próximos años. No sabía qué iba a tener que irse a Belén justo antes de que naciera el niño. Tampoco supo que se convertiría en un fugitivo y huir a Egipto para salvar la vida de Jesús.
Debe haber tenido tantas preguntas, tantas cosas desconocidas sobre el futuro. Pero la Biblia nos dice lo más importante; ¡José obedeció! Nos dio un buen ejemplo. Cuando Dios nos habla a través del Espíritu Santo y la Biblia, debemos obedecer. No importa si entendemos todo o si no sabemos lo que sucederá en el futuro, solo es importante que obedezcamos.
También sabemos por la historia de José que Dios estuvo con él en el camino y lo guio y lo ayudó a proteger y criar a Jesús como debía. Y nosotros tenemos esta misma seguridad. Dios ha prometido que siempre estará con nosotros (Mateo 28:20), así que no importa si conocemos o no el futuro.
Simplemente tenemos que obedecer.
Tim Cook. Misionero en España. USA