UNA VIRGEN CONCEBIRÁ
Isaías 7:14
¿Alguna vez has pensado que relación tiene la profecía del Antiguo Testamento sobre una virgen que concebirá un hijo llamado Emanuel, con Jesús?.
El pueblo de Israel, 700 años antes del nacimiento de Jesús, estaba gobernado por el rey Acaz. Eran tiempos de guerra y de dificultades. Acaz en medio de la desesperación busca la ayuda de los asirios y no busca la ayuda de Dios. Entonces el profeta Isaías le habla y le dice: “el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel” (Isaías 7:14).
Isaías lo que revelaba es que la ayuda siempre vendrá del cielo. En el tiempo de Acaz para defenderse en las guerras contra la nación, y luego con el nacimiento de Jesús para la salvación de la humanidad.
Pero, ¿qué es lo que Dios quiere decirnos al referirse a esta profecía?. “… Él salvará a su pueblo de sus pecados” Mateo 1: 21. La venida de Jesús cambiaría todas las cosas, ya que su mismo nombre promete que Dios mismo estaría con el ser humano.
Jesús vino a esta tierra para alcanzar la victoria donde nosotros habíamos fracasado. Él vino para darnos lo que habíamos perdido. Nos trajo libertad, por eso es “El Salvador”, es la imagen de Dios en la Tierra.
Han pasado 2021 años, y la salvación sigue estando en Jesús, sea cual sea nuestra condición, circunstancia, edad, ocupación o lugar donde vivamos. Deja que Jesús te libre de tu peor enemigo, y alcanza la libertad. Él ya lo hizo, solo falta que lo aceptes. ¿Qué estás esperando para conocerlo?.
Nosotros en nuestras vidas, al igual que hizo Acaz, muchas veces asumimos que la victoria sobre nuestro enemigo que es el pecado y sus consecuencias se encuentra en nuestra propia capacidad para superarlo, así como también el poder superar las dificultades y retos de la vida.
Pero la verdadera victoria, no se encuentra en nosotros mismos, está en un niño que nació de una virgen; aquel a quien Dios el Padre le dio un Nombre que es por sobre todo Nombre, Jesús. Él y solo Él puede librarnos de nuestros pecados y darnos la fortaleza para seguir adelante.
Ese niño anunciado que nació en un pesebre, años después sufriría una muerte tortuosa para pagar por nuestra maldad, y darnos la salvación. Sin embargo, No permaneció muerto, sino que Dios le dio la victoria sobre la muerte y lo resucitó al tercer día.
Este tiempo de adviento nos recuerda que Jesús es Emanuel, “Dios con nosotros”, y permanecerá con aquellos que le amamos hasta que vuelva para establecer Su reino de justicia. Así que podemos declarar confiadamente: “… Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”. (Romanos 8:31).
En esta Navidad recordamos que Jesús es nuestra verdadera esperanza y motivo de festejo. En Él la victoria está garantizada.
Jaume Ferrer, Dénia