JUAN – Día 28
La promesa del Espíritu Santo
15 «Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce; pero vosotros lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros.
18 «No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros.
19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros.
21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.
22 Le dijo Judas (no el Iscariote): –Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros y no al mundo?
23 Respondió Jesús y le dijo: –El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él.
24 El que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
25 «Os he dicho estas cosas estando con vosotros.
26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho.
27 «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.
28 Habéis oído que yo os he dicho: «Voy, y vuelvo a vosotros». Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre, porque el Padre mayor es que yo.
29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que, cuando suceda, creáis.
30 No hablaré ya mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mí.
31 Pero para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. «¡Levantaos, vámonos de aquí!