PORQUE ÉL ES NUESTRA PAZ
Efesios 2:12-18
Hoy es el primer día del año, anoche terminamos un año que ha tenido tantos sobresaltos con la pandemia, y un sin fin de sinsabores, sobresaltos y angustias que hemos tenido que experimentar.
Esta noche en muchas partes del mundo hemos pasado de un año a otro con fuegos artificiales que han ensordecido a los que estaban cerca de ellos. Igual que estos “petardos” suenan fuerte y retumban en el cuerpo, en ocasiones los problemas parece que hacen estallar el corazón, la mente y las familias. Los fuegos artificiales que irrumpen en la vida, en muchas ocasiones no son bonitos, ni coloridos, ni llenos de luz, sino al contrario son conflictos que tenemos con nosotros mismos, problemas financieros, de relaciones, salud, laborales e incluso hasta espirituales que explotan y trastornan nuestra atmósfera emocional.
Sin embargo no podemos quedarnos encandilados por esos estallidos negativos porque es tiempo de volver a mirar a Jesús, porque como dice Pablo: “Él es nuestra paz”. Es decir nos eleva por encima del rugir de esos ruidos o nos lleva más allá de esas luces superficiales que tratan de encandilarnos y son completamente artificiales.
Durante este día de Año Nuevo que comienza toma una decisión: comprométete a habitar en su presencia, es decir querer buscar cada día del 2022 el espíritu de paz de Jesús que es mayor que cualquier perturbación, más grande que cualquier tormenta, más real que cualquier conflicto . Es la paz de Dios que a acalla la tormenta de las desilusiones, los fracasos y las decepciones, porque El jamás deja de mirarnos a los ojos y decirnos “No temas estoy contigo” (Isaías 41:10).
No desperdicies el día de hoy y toma el firme propósito de comenzar con Su paz, extendiendo la mano a alguien con quien tienes conflicto, perdonando a quien te ha herido, amando al que no te comprende y rechaza, dando un paso más allá de lo natural, porque vivir “su paz” es algo sobrenatural. En este año nuevo lleno de amenazas busca a Aquel que siempre será tu paz. Que ningún fuego artificial destruya tu fe en el Eterno Dios y entrégate en cuerpo y alma a orar y darle gracias por el año transcurrido y deja que te regale su paz que te acompañará todo el próximo año, pase lo que pase. ¡Feliz año nuevo con la paz que sólo Jesús te da! (Juan 14: 26-27).
Jorge J. Pastor · Dénia