NO TEMAS
Lucas 1:30-33
Todavía estaban pensando en los detalles de la boda cuando la noticia les sorprendió. Dios había puesto los ojos en ellos. El ángel fue e informó a María que Dios los había elegido para ser la familia en la que pudiese nacer y crecer el Hijo del Altísimo.
Dios buscaba una familia en la que Jesús pudiera encontrar el amor, la provisión, la protección y el estímulo necesario para poder crecer de manera saludable. Sin duda era un tremendo desafío para la joven pareja, pero esta no estaba sola en la tarea de educar y superar los desafíos que encontraran en el camino sino que contaban con el favor de Dios. En Dios encontrarían todo lo que les faltara para poder vencer al temor y darle a Jesús todo lo necesario. Es hermoso leer como Jesús “crecía en sabiduría y en estatura”, como inició su ministerio, lo llevó a cabo y finalmente dio su vida para salvarnos, y sobre todo leer como aquella mujer en la que Dios fijó aquel día sus ojos le acompañó hasta el último día. María dio lo mejor de ella para educar a su hijo y encontró en Dios todo lo necesario para hacerlo. ¡Que hermosas promesas para la familia!
De igual manera que Dios bendijo a aquella joven pareja, Dios está dispuesto a bendecir a todas aquellas familias que descansen y esperen en Él. En esta Navidad, cuando te juntes con tus seres queridos recuerda que Jesús, nuestro salvador, vino a este mundo en el seno de una familia en la que halló todo lo necesario gracias al favor de Dios.
Josué Calero · Dénia