EL CENTRO EN TUS MANOS
Génesis 49:10
Siloh es un término no muy claro; generalmente se ajusta al perfil del Mesías, o sea Cristo, quien irrumpió en la historia y marcó una nueva era de luz y esperanza para toda la humanidad. Jacob, inspirado por el Espíritu Santo, señala a la tribu de Judá como la albacea del cetro, o sea el liderazgo inicial, la punta de lanza de la marcha hacia un mejor futuro, a través del arduo desierto de la vida, mientras llegaba el tiempo de la aparición del Mesías, el Enviado.
Entonces el cetro sería entregado a Siloh, el único digno y capacitado para guiar a su pueblo “a lugares de delicados pastos, a aguas de reposo, por sendas de justicia, donde nuestra alma encontrará el anhelado reposo” (Salmo 23).
La tribu de Judá es símbolo de la iglesia de Cristo. Mientras llega Siloh, en su gloriosa segunda venida, nosotros como iglesia de Jesucristo tenemos el cetro, o sea, el evangelio del Reino, la presencia y poder del Espíritu Santo, para ir forjando y viviendo desde ya el nuevo orden de paz, justicia, amor, solidaridad y fraternidad que caracterizará al reinado de Cristo.
En Nicaragua, y según vemos y oímos, en el mundo entero vivimos tiempos de pandemias, de odios, guerra, violencia y adversidad; tiempos de clamor por esperanza, por la justicia, por el amor y la paz que requerimos para lograr la integralidad con la que originalmente nos hizo el Creador. ¡Cuánta necesidad hay del Evangelio de Cristo!
¡Qué privilegio y qué responsabilidad! ¡El cetro está en nuestras manos! ¡Debemos hablar y vivir como hijos del Reino! ¡Urge que Siloh venga en su gloriosa segunda venida para recibir el cetro que le entregaremos para consolidar Su reinado eterno como el Príncipe de paz universal! “A Él se congregarán los pueblos!”.
Tomás Téllez Ruiz, Nicaragua