03 de abril 2021
Por Amor de Cristo.
Lectura bíblica: Filipenses 3
” Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo”
(Filipenses 3:7)
Desde la noche del viernes, hasta la noche del sábado (cuando comienza el domingo judío), no hay eventos relatados. Es un día de densas tinieblas. Únicamente Lucas comenta como después de ser sepultado Cristo, mujeres que vinieron desde Galilea con él, volvieron a casa y prepararon especias aromáticas y perfumes, y descansaron el sábado de acuerdo con el mandamiento (Lucas 23:56).
Queremos en este día de espera anhelante, reconocer en nuestros corazones ese amor que nos ha inundado, y que buscamos que siempre nos inunde. El amor a Jesús, a Cristo, por encima de todo. Amor que ha de movernos, que ha de transformarnos, que ha de envolvernos, porque Jesucristo es suficiente, nada más necesitamos, Él es todo, y en todos (Colosenses 3:11).
Así lo expresa el siguiente soneto anónimo (aunque se le han adjudicado muchos autores), y en el que podríamos vernos identificados.
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido
ni me mueve el Infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas, y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
(Anónimo siglo XVII)