01 de abril 2021.
Y los amó hasta el final.
Lectura bíblica: Filipenses 2:5-11
“Haya pues en vosotros esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús”
(Filipenses 2:5)
Creo que una de las frases más impactantes del relato del Evangelio de Juan de las últimas horas de Jesús con sus discípulos es el versículo que encabeza este devocional. Me imagino a Jesús mirando a sus discípulos, escuchándolos hablar entorno a aquella mesa donde estaban tomando su última cena juntos. ¡Que montón de sensaciones encontradas tendría el Señor! Recuerdos de todo lo vivido durante esos tres años juntos por los caminos de Israel. Sueños cumplidos y otros rotos; evocación de las sonrisas y los lloros; memoria de las caras de sorpresa, de estupefacción, incredulidad, temor y de satisfacción de tantas cosas vividas. Temor por ellos, por lo que habrían de sufrir, pero gozo y deleite por lo que representarían y harían en Su nombre; una sonrisa a penas disimulada por las grandes meteduras de pata y por los enormes triunfos… y “los amó hasta el extremo”
¡Cuánta pasión sintió el Señor por los suyos! Jesús, en esas últimas horas antes de su sacrificio, no se encerró en si mismo, en su dolor, en su lucha, en los desafíos que le venían por delante, sino que siguió sirviendo, enseñando, viviendo, relacionándose y amando. En esta hermosa, profunda y desgarradora descripción que nos hace Juan en el capítulo 13 de su Evangelio, podemos ver como Jesús amó a sus discípulos de manera radical e integral. Porque los amó, les enseñó y demostró con su vida el camino del servicio. Él fue el siervo de todos y marcó el camino de los que eran y seriamos sus discípulos con claridad “ejemplo os he dado, para que así como yo os hice, vosotros también hagáis.” (Juan 13.15)
Solo a través de la relación podemos llegar a ser aquello que Dios tiene en su corazón que lleguemos a ser. Y Jesús nos muestra como esa relación se vive a través del amor, sirviendo a nuestro prójimo en sus necesidades. Algo que les mostró Jesús a sus discípulos aquella noche en aquella cena, es que no se puede hablar de Amor, sino estamos dispuestos a servir primero, y no se puede servir como Él sirvió, sino se ama como Él nos amó “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Como os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros.” (Juan 13.34)
El Señor Jesús nos dio ejemplo de su entrega y nos mostró el camino para que nosotros hiciéramos como Él. Es su entrega, servicio y Amor la que nos marca el camino de la cruz y de allí a Su salvación. Jesús se entregó hasta el extremo, hasta el final por nosotros. No son nuestras palabras, nuestras estructuras, nuestro conocimiento de la Palabra (todo ello bueno) lo que nos hará ser luces para los que nos rodean, sino nuestro amor por el otro “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros.” (Juan 13.35)
REFLEXIONEMOS:
¿Cuánto del ejemplo de Jesús estamos dispuestos a seguir? ¿Qué es más importante para nosotros, nuestros problemas y retos o aquellas personas que nos rodean? ¿Estoy dispuesto a amar sirviendo a mi prójimo? ¿Cuánto estoy dispuesto a entregar por amor a él? ¿En quién enfoco mis relaciones, en mí o en reflejar a Cristo? ¿Cómo marca la entrega de Jesús mi vida y mis pensamientos?