ESPEREMOS AL SEÑOR.
Leer capítulo 24 de Mateo
Al dar el último adiós al templo, Jesús es especialmente impresionado por la ruina que amenaza esa magnífica y costosa construcción (Jn 2:20). Los discípulos pensaban que la destrucción coincidiría con la venida del Señor y el fin del siglo (traducción literal). Las señales que manifiesta Mateo son: seductores y falsos cristos ; guerras, hambres, terremotos, persecuciones y divisiones, falsos profetas, enfriamiento del amor en muchos, evangelización del mundo entonces conocido ( Hech 17:30). Entonces vendrá el fin de la ley mosaica y empezará el “tiempo de los gentiles”.
Y seremos aborrecidos. Hay que resistir , ir contracorriente , perseverar y no rendirse. Es así como el evangelio templa los caracteres , fragua a los vencedores y verdaderos hijos del reino. Aún la persecución ha contribuido a que las buenas nuevas lleguen hasta los extremos del mundo.
Una última señal, anunciada en Dan, 9: 27, indica que el templo es invadido y profanado por el ejército romano. Esta es la señal del fin de Jerusalem y para el pueblo hebrero que va a ser vendido, menospreciado y esparcido en todo el mundo. El pueblo de Dios establece su reino sobre esas ruinas.
En el vers 34, deberíamos de leer “raza” en vez de “generación” porque la persistencia y vitalidad del pueblo judío es milagrosa. Y este pasaje nos permite estar del todo ciertos que un día vendrá en que todas esas profecías se cumplirán y pondrán fin a toda incertidumbre. El cumplimiento literal de las que anunciaban la ruina de Jerusalem nos garantiza el de las demás evidencias.
Mateo nos enfatiza que estemos apercibidos. Es por amor que Dios no da ese paso; es saludable para nosotros estar siempre alerta y preparados. Los redimidos no hacen cosas extraordinarias, hacen lo que cualquiera hace, pero el espíritu que les inspira es otro ; Col 3:1-3.
El final de este pasaje es para todos los cristianos, pero quisiera que lo aplicáramos a aquellos siervos que tienen dones de servicio y llamamientos específicos pudiendo aplicar Hechos 20; 28-30. El Espíritu Santo ha puesto servidores para apacentar la congregación del Señor la cual ganó con su propia sangre.
El vers 46, dice Bienaventurados es decir muy felices somos cuando servimos. No es por miedo que debemos de estar vigilantes, es por amor. Todos son siervos, unos fieles y buenos, dispuestos y dichosos en servir sin reservas; y otros malos, recalcitrantes, desconociendo los derechos del Señor y su autoridad pues puede venir en cualquier momento. Y decimos nosotros ahora ; MARANATA , es decir, “VEN SEÑOR JESÚS VEN PRONTO”.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN.
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¿ Qué te llama la atención de este pasaje?
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¿Cuál es tu motivación para servir?, ¿cómo sirves a la causa de Cristo?.
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¿Tienes la convicción de que puede venir YA?
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¿Vives tu MARANATA?
Jorge Juan Pastor-Mut.